domingo, 16 de agosto de 2009

. : Hagamos Té : .

Hace mucho existió un Gran Samurai su nombre era Miyamoto Musashi el cual gozaba del reconocimiento, respeto y cariño de la sociedad. Él, tenía la misión de cuidar a su Señor. Vivía con él un sirviente algo tímido el cual tenía el don de hacer el mejor té de la aldea.

Un día, a este peculiar sirviente, se le ocurre vestirse con la armadura del Samurai mientras este dormía. Una vez con la armadura puesta se vio al espejo y una emoción inexplicable lo envolvió, la imagen que veía allí era de mucho agrado para Karacuri -nombre del sirviente-. Fue tan fuerte, grata e inexplicable que decidió salir al pueblo ya no con el mentón abajo sino ahora hacia arriba, bien parado, con buena respiración, caminando con autoridad, las cortesías y elogios de las personas no se hacían esperar, podía respirar del reconocimiento, respeto y cariño ganado por Miyamoto Musashi.

Durante su paseo se encuentra con el enemigo de este Samurai el cual lo reta públicamente, él no pudo rechazar el enfrentamiento ya que tenía que demostrar la valentía del Miyamoto...
Karacuri cuando arribó al aposento de su amo con gran tristeza en el corazón le cuenta lo sucedido.
-No responderé a ese reto, ni tampoco te condenaré por la imprudencia que acabas de cometer- Le dijo el Samurai a su sirviente.
-Te pondrás mi armadura e iras a pelear haciendo lo mejor que sabes hacer- Agregó el Miyamoto.
-Pero mi señor... sólo sé hacer té...-
Lo que no comprendía Karacuri es que su té no era cualquier té sino El Mejor de los tés que la aldea y oriente podría probar.
Los días pasaron y Karacuri tuvo que hacer frente a este duelo, esta vez la armadura ya no se veía tan agradable, esta vez la emoción sensacional ya no estaba presente, el miedo lo invadía, la incertidumbre de permanecer vivo lo embargaba, el saber que frente a él estará otro Samurai el cual domina la espada al mismo nivel que Miyamoto le da terror y pánico...
Frente a su adversario lo único que pudo hacer fue pedir una pausa, su adversario accedió al pedido.
Karakuri aplicó el consejo que le dio Miyamoto y empezó a hacer té. Puso maderos exactos para que el fuego estuviera en su punto, sirvió el agua en la pequeña hoya la cual no tardo en hervir, puso las hierbas amargas necesarias, su trabajo era estupendo, fascinó la delicadeza, minuciosidad y exactitud de su trabajo a todos los que estaban viendo el enfrentamiento.
Al terminar de preparar el té, respiró prufundamente y gritó:
-¡Estoy listo para el combate!-
Su oponente guardó la espada y dijo:
-No pelearé contigo, sería una locura hacerlo, si así eres solo preparando el té, ¡Cómo serás con la espada!-
Muchas veces queremos derrotar los retos, dificultades, problemas y adversidades con habilidades las cuales no tenemos, muchas veces nos hemos visto envueltos de dificultades por asumir "papeles" los cuales no somos... Cual es tu armadura?
Dios ha puesto en ti su confianza y El te ha dado el regalo maravilloso de hacer té, no dudes en desarrollar, expresar y manifestar con gozo las fortalezas y dones que Dios te ha dado, no tengas miedo de pedirle a Papa Dios por aquellas debilidades y flaquezas ya que en ellas se manifestará su Gloria y su Poder.
En Jesús y María
italo!
Jn 3-8

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